Colosos de Memnón

Colosos de Memnón

Colosos de Memnón

Erguidos en silencio al borde de la llanura desértica de Lúxor, los Colosos de Memnón son uno de los monumentos más icónicos y misteriosos de la orilla occidental del antiguo Egipto. Estas dos enormes estatuas han permanecido en pie durante más de 3.400 años, construidas originalmente para custodiar el templo funerario del faraón Amenhotep III, uno de los grandes constructores de la XVIII dinastía (alrededor del 1386 al 1349 a. C.).

El templo que protegían se decía que era más grande que Karnak, pero gran parte fue destruida por inundaciones, terremotos y la reutilización de piedra a lo largo de los siglos. Hoy en día, los colosos son lo único que queda visible sobre el terreno, pero su presencia sigue cautivando tanto a viajeros como a arqueólogos.

Arquitectura y Características

  • Altura: Aproximadamente 18 metros
  • Peso: Unos 720 toneladas cada uno
  • Material: Tallados en bloques únicos de arenisca cuarzosa
  • Origen de la piedra: Extraída cerca de la actual El Cairo y transportada más de 600 kilómetros hasta Tebas (hoy Lúxor)

Cada estatua representa al faraón Amenhotep III sentado en su trono, con las manos sobre las rodillas, mirando hacia el este, hacia el Nilo y el sol naciente. Los laterales y la base están decorados con relieves de dioses del Nilo, la madre y la esposa del rey, y otros símbolos sagrados.

Detrás de las estatuas se encontraba un gran complejo funerario, hoy prácticamente desaparecido, que habría sido uno de los templos más grandes jamás construidos en el antiguo Egipto.

La Leyenda del “Canto” de Memnón

En la antigüedad, la estatua norte se hizo famosa por emitir un sonido al amanecer, que los viajeros describían como un canto o silbido. Este fenómeno, causado por la evaporación del rocío en las grietas de la piedra, fue interpretado por los griegos como la voz de Memnón, un héroe de la Guerra de Troya, saludando a su madre, la diosa de la aurora, Eos.

Así, las estatuas fueron rebautizadas como los “Colosos de Memnón”, un nombre que ha perdurado hasta hoy. Emperadores romanos, poetas y peregrinos acudieron a presenciar el fenómeno, que cesó después de que el emperador Septimio Severo mandara reparar la estatua alrededor del año 200 d. C.

Visitar los Colosos de Memnón

  • Ubicación: Orilla occidental de Lúxor, camino al Valle de los Reyes
  • Horario: Abierto todo el día, todos los días; no se requiere entrada
  • Accesibilidad: Muy fácil de visitar, sin necesidad de caminar ni pagar boletos

Consejos para los Visitantes

  • Haz una parada mientras visitas otros sitios de la orilla oeste, como el Valle de los Reyes, el Templo de Hatshepsut o el Ramesseum
  • Ve temprano por la mañana o al atardecer para aprovechar la mejor luz y evitar multitudes
  • Tómate tu tiempo; aunque no hay un templo completo, el tamaño y los detalles de las estatuas merecen atención
  • Si puedes, visita con un guía local que te explique la mitología y la historia del templo que una vez protegieron

¿Por Qué Visitar los Colosos de Memnón?

Aunque el templo original ya no existe, los Colosos de Memnón aún inspiran asombro y admiración. Su imponente tamaño, su historia enigmática y la leyenda del “canto” los convierten en mucho más que una parada fotográfica. Son un testimonio de la grandeza, la resiliencia y el poder evocador del antiguo Egipto.

Ya no cantan, pero siguen hablando con fuerza sobre el legado eterno de Tebas.

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